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Mindfulness ¿Qué es y cómo aplicarlo?

La atención plena o mindfulness es una práctica muy antigua inspirada en el budismo que se ha modernizado para ser aplicable a todas las personas en la actualidad. A pesar de que está inspirada en el budismo, no se asocia hoy en día a ninguna corriente ni práctica concreta. Eso hace que la pueda aplicar cualquier persona (niños, adultos y mayores). La atención plena es un entrenamiento de la mente, para ser capaz de concentrarse mejor y ser más consciente de nuestras emociones y pensamientos.


¿Qué es el mindfulness?

Es una práctica que se enfoca en el momento presente. Se trata de fijarnos en el aquí y ahora y enfocarnos en lo que va viniendo. A diferencia de otro tipo de meditaciónó, en la atención plena no hay que dejar la mente en blanco sino que el objetivo es observarnos sin juzgarnos para poder llegar progresivamente a una aceptación de nosotros mismos.

El mindfulness nos ayuda a poder gestionar nuestras emociones y nuestros pensamientos como si fueran nubes que vienen y se van.

Al observar nuestro mundo interior como si fuéramos unos investigadores de nosotros mismos; sin emitir juicios ni valorar lo que estamos pensando o sintiendo vamos a poder ir soltando poco a poco nuestra mochila emocional. En vez de dejarnos arrastrar por nuestros pensamientos, ideas, planes y también por nuestros sentimientos que a veces nos desbordan; vamos a poder estar en el momento presente, presenciando como estos recuerdos o ideas aparecen y se disipan.

En el instante en que nos demos cuenta que nuestra mente se encuentra atrapada por un recuerdo doloroso o una preocupación, vamos a irnos a nuestra respiración y volver al momento presente las veces que hagan falta. Puede ser una o cuarenta veces. Lo importante es no juzgarnos y estar en el aquí y ahora. Sin necesidad de hacer nada, ni de cambiar nada vamos a ver cómo estos pensamientos, sensaciones y emociones poco a poco se van diluyendo si dejamos que estén sin pretender hacer nada con ellos ni llevarlos a ningún lugar.


Cómo aplicar la atención plena

Podemos practicarla en nuestra vida diaria, no hace falta estar en ninguna postura concreta. Aún así, también se puede realizar con los ojos cerrados y sentados, con las manos relajadas en nuestro regazo.


Atención plena en la vida diaria: A lo largo del día tenemos la oportunidad de estar presentes en todas las actividades que vamos desarrollando. Prestarnos atención cuando estamos lavando los platos, notar como el agua cae por nuestras manos, notar el sabor de la comida, prestar atención del contacto del volante mientras conducimos y muchas cosas más.


Atención plena en la respiración: Es una de las maneras más poderosas y eficaces para relajarnos y concentrarnos en nosotros mismos. El trabajo de cuidarnos pasa en el aquí y el ahora a través de nuestra respiración. La respiración nos enseña que nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestros pensamientos están en continuo cambio.


Atención plena en los sonidos: Estamos rodeados de sonidos, por tanto, es una práctica que se puede realizar en cualquier lugar y situación. Dejar que los sonidos vengan a nosotros sin juzgarlos ni querer cambiarlos.


Atención plena en las sensaciones corporales: La práctica de la atención plena en nuestras sensaciones físicas nos ayuda a escuchar los mensajes de nuestro cuerpo sin intentar cambiar las sensaciones ni modificarlas.


Atención plena en las emociones: Después de practicar con nuestro cuerpo, detrás de cada sensación física se esconde una emoción que podemos ir aprendiendo a reconocer.


En definitiva la atención plena ayuda a gestionar el estrés, a aprender a vivir en el momento presente y a desarrollar una mayor aceptación de nosotros mismos.


 
 
 

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